viernes, 26 de agosto de 2016

TALLER NÚMERO 4
FÁBULA "EL MOLINERO, EL NIÑO Y EL ASNO"
Tiempo de trabajo del taller: 10 a 15 minutos máx.
Lo/a llamó  telefónicamente el "Encargado/a o Dirigente de su grupo
o Casa Espirita" y le pide SOCORRO, porque la Evangelizadora:

"YAQUELINE DORA MARIA AURELIA DE LOS SANTOS"
le informó hace cinco minutos que viajará por 8 semanas porque está muy
estresada y el Doctor F. le recomendó "descanso"

Usted es un  "trabajador/a fiel del Cristo Jesús" y entonces recibe la noticia
con  SUMA ALEGRÍA por la OPORTUNIDAD DEL TRABAJO.

Hizo una ORACIÓN  a Dios Padre y a Jesús nuestro Maestro en
 agradecimiento y solicitó "fuerzas" y "auxilio" a los amigos espirituales
para que lo/a guiaran en la preparación de la clase.

Finalizó su oración rogando a Dios por el bienestar de 
 "YAQUELINE DORA MARIA AURELIA DE LOS SANTOS" 
para que ella disfrute plenamente de su descanso mientras usted trabajará.
OTROS DATOS
La clase comenzará en media hora.
El grupo es de 7 varones y 5 niñas de entre 7 a 11 años
El único material que tiene a mano en su casa es la fábula de La Fontaine 
" El molinero, el niño y el asno" que usted recuerda haber leído la referencia
mencionada por  Allan Kardec en el libro 
"VIAJE ESPIRITA DE 1862"
TRABAJO DEL TALLER:
 A) Lea el texto de la FÁBULA que está en la hoja adjunta.
B) RESPONDA:
1 Nombre UNA ÚNICA ENSEÑANZA MORAL que usted quiere trasmitirle a los
pequeños  a la luz de la DOCTRINA ESPÍRITA
  
2- Al regreso de "Yaqueline Dora Maria Aurelia de los Santos" usted le pide una
reunión y ella  le responde que cuenta sólo con 5 minutos disponibles;
  
¿CÓMO o DE QUE FORMA o QUE MEDIOS UTILIZARÁ USTED,
para trasmitirle a Yaqueline,
su experiencia,
noticias, o su opinión o sus ideas en relación a la 
educación espirita orientada a niños de esas edades?

SOLICITUD: Designe a un compañero del grupo que pasará al frente y
leerá ambas  respuestas.
Tiempo estimado para la lectura: 4 minutos
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FÁBULA DE LA FONTAINE
"En un pueblo vivía un pobre molinero con su hijo. Un año hubo
una gran sequía en el lugar y se echó a perder todo el trigo de los campos.
Nadie tenía trigo que moler, y el pobre molinero y su hijo ya no podían
vivir de su trabajo.
-Padre, no nos queda ni siquiera una barra de pan- se lamentó el muchacho.
-Sí que es un problema! ¿que podemos hacer? Tengo una buena idea,
¡venderemos nuestro asno!- exclamó el molinero.-
Después de todo, ahora ya no nos sirve de nada. Así, el molinero y 
su hijo decidieron ir a la ciudad a vender el asno.
Era un día de verano, y hacía un calor abrasador. Salieron de camino
con su asno, secándose el sudor de la frente mientras caminaban. Al llegar
al río vieron a unas mujeres que lavaban la ropa en la orilla.
-¡Mira eso! ¡Que tontos, caminar un día tan caluroso teniendo un asno!-
dijeron las mujeres entre risas. Al oír esto, el molinero respondió enfadado:
¿que hay de malo en tener un asno? A lo que una de las mujeres respondió:
-Yo creo que un hombre listo llevaría a su hijo montado en el burro, ¿no crees?
Pensando que aquella mujer tenía razón, el molinero montó a su hijo en el asno.
Poco después, se cruzaron con una anciana que caminaba apoyándose 
en un bastón...
levantó su bastón y golpeó al chico en la cabeza, diciendo:
-¡Que egoísta eres! ¿No te da vergüenza ir montado en el asno, mientras tu
padre va caminando con este calor? El hijo, asombrado, pensó que la mujer
tenía razón. Se bajó del asno y dejó que su padre fuese montado, mientras él
caminaba y guiaba al animal. Continuaron su camino cuando, al rato, un 
caminante que se rió de ellos, diciendo: 
-¡Que tontos son! ¡Con este calor, deberían ir los dos montados en el burro! El
molinero y su hijo pensaron que era una gran idea, por lo que se montaron los 
dos sobre el pobre asno, que a duras penas podía con tan pesada carga. 
Más adelante, vieron a un labrador arando el campo. Al verles comentó:
-¡Pero que tontos! ¡Maltratar a un pobre asno haciéndole cargar con 
dos personas!...
-Hemos sido tontos y crueles contigo, ahora te llevaremos sobre 
nuestros hombros. 
Padre e hijo ataron las patas del asno a un palo y lo cargaron sobre sus 
hombros.
El asno iba tan incómodo que se movió para intentar soltarse. 
Con el susto, sus dueños soltaron la carga y el asno cayó ruidosamente al río."


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