miércoles, 14 de marzo de 2012

El papel del evangelizador

Por A. Campos
Aunque puede ser entendida de varias formas, la importancia del evangelizador es única y elevada: enseñar y desarrollar moralmente a los nuevos espíritus, en transición en este planeta, para atender a las tareas y compromisos de la nuera era.
Entendemos que para ser evangelizador no basta con tener fuerza de voluntad y dones con los niños; hay que conocer a fondo la Doctrina Espírita, estar dispuesto siempre a aprender, a estudiar, a amar; además de conocer la historia y la vida de Jesús y de sus enseñanzas. Los gestos, palabras, pensamientos y sentimientos son el ejemplo a seguir.
Si paramos para pensar ¿para ser evangelizador hay que ser perfecto? Por supuesto que no, pero estar en contacto directo con niños y jóvenes aumenta la carga de responsabilidad de nuestros actos, nos impulsan a ser mejores personas. Todos aprendemos de todos los momentos en este planeta. Es impresionante la cantidad de conocimientos morales, filosóficos y científicos que podemos aprender con los encarnados más "pequeños".
Unir nuestra humildad en aprender, nuestras ganas de estudiar y nuestro amor por la enseñanza a los nuevos seres de este planeta es la clave para nuestro propio desarrollo evolutivo.
Como decía Pestalozzi, evangelizar es ofrecer amor y paciencia. Significa renuncia, dedicación, fe, perdón y perseverancia con el único resultado de sembrar en estos pequeños corazones los mensajes de Jesús y de la vida eterna.
Divaldo en una entrevista define a la evangelización como lo más importante para la preparación para la fase joven, tan dura y transformadora, pues quien evangeliza fomenta la vida.
Joanna de Angelis nos orienta que en condición de padres y educadores debemos ofrecer a nuestros hijos el alimento necesario para su mejor crecimiento, tanto si es alimento material (comida, médicos, escuelas, etc.) como espiritual (moral-religioso), este crecimiento solo es efectivo cuando se cumplen todos los aspectos del desarrollo del Espíritu.
Ser evangelizador es tener buena voluntad. Es querer crecer siempre. El estudio es eterno, como nuestra propia condición. No pereceremos. El trabajo a desarrollar es únicamente con los pequeños espíritus, con la familia, con la sociedad. La perfección llegará simplemente con nuestro esfuerzo, con el amor desde nosotros mismos y el amor hacia los demás.
Dios nos otorgó su sabiduría pero aún no sabemos utilizarla aunque está dentro de nosotros, nosotros somos el saber. Utilizar esta sabiduría para auxiliar a los demás es la más sublime lección del Maestro.
Quien camina rumbo a la espiritualización no está solo, siempre está rodeado de buenas compañías. Quien no desiste en medio del camino, estimula a quienes le acompañan y colabora en la caravana del amor para que, continuar hasta el final.
Perseverar en el trabajo, no para recibir los aplausos, sino para sembrar en las mentes y los sentimientos de los niños y jóvenes el altruismo y las posibilidades de éxito en las pruebas que nos toca cumplir.
El propio evangelizador debe tener conciencia de la importancia de su papel y disfrutar de las enseñanzas de los Amigos Espirituales, con la finalidad de traspasar los obstáculos de nuestra menudez terrenal y culminar con nobles resultados.

http://ceads.kardec.es/biblioteca.htm AÑO 3 No.11 enero-febrero 2012 VISION ESPIRITA