lunes, 19 de septiembre de 2016













1- INVITACION A LA EDUCACIÓN

 Del Libro “Invitaciones de la vida” cap. 16 pág 67 …

”porque uno es vuestro Maestro, el Cristo” (Mateo, 23,10) 


La educación es tarea de todos. La pieza se ajusta en el engranaje en beneficio del conjunto. La nota musical se armoniza en pro del poema melódico. El instrumento se somete al menester a que se destina. El esfuerzo por la educación no puede dejar de ser considerado. Todos tenemos responsabilidades en el contexto de la vida, en las realizaciones humanas, en las actividades sociales, como miembros que somos de la Familia Universal. Nadie consigue realizarse aislado. 
La ignorancia representa una enfermedad que carece de inmediata atención. Por eso mismo, la labor educativa, impone incesantes contribuciones exigiendo valiosas inversiones de sacrificio en beneficio del conjunto. Siempre se educa, quiérase pensar en hacerlo o no. 
De la misma forma que la inmovilidad sería imposible, la inercia y la indiferencia son apenas expresiones enfermizas. Igualmente, en esos estados se crean condicionamientos que generan hábitos, al educarse mal los que, en tales circunstancias, se hacen nuestros semejantes. 

La anarquía, que destila vapores alucinantes conduciendo a la extravagancia, fomenta estados de vandalismo: EDUCACIÓN PERNICIOSA. 

El orden, dispone a la disciplina que da impulso a la equidad, atendiendo a la justicia: EDUCACIÓN EDIFICANTE. 

La educación, así examinada, se traslada de los bancos escolares hacia todos los campos de la actividad, haciendo que todos nos transformemos en educadores, vinculados sin dudas, a aquellos que transforman en nuestros seguidores conscientes o no, aprendices de nuestra compañía de los recursos de que nos hacemos portadores. 

Jesús, el Educador por Excelencia, nos dio el precioso legado vivo en Su vida que es una sublime lección de cómo enseñar siempre e incesantemente, produciendo salud, armonía y esperanza en derredor de nuestros pasos. Y el Espiritismo, que nos concita al incesante examen educativo de actitudes y comportamientos, nos da conciencia sobre la responsabilidad de que, mediante la educación correcta, llegaremos al fanal de la caridad perfecta. 

 Joanna de Ángelis.