jueves, 1 de diciembre de 2011

“No podríamos decir que el “Libro de los Espíritus” es un tratado de Pedagogía, puesto que su objetivo específico no es la Pedagogía. Pero es evidente que se trata de un verdadero manual de Educación, en el más amplio y elevado sentido del término. Su objetivo explícito es enseñar y educar. La enseñanza resalta desde las primeras líneas y se desenvuelve hasta las últimas, sin solución de continuidad. Pero esta enseñanza no se limita a la trasmisión de datos técnicos de informaciones culturales objetivas. Por el contrario, se proyecta más allá de estos datos y lleva al estudiante al campo pedagógico de la formación moral y espiritual. Al terminar su lectura el estudiante atento y perspicaz adquirió nuevos conocimientos, pero conquistó principalmente una nueva concepción del hombre, de la vida y del Universo. Y más que esto, realizó el designio de su propia existencia, que es la sintonía de su ser con el Ser Supremo: Dios”.

J. Herculano Pires, Libro: Pedagogía Espírita, trecho del Capítulo "El Libro de los Espíritus y la Educación" pag. 67 a 69

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