Mensaje de Meimei sobre el Centenario de la Evangelización del niño.
(TRADUCCIÓN NO OFICIAL DEL AREA DE EDUCACIÓN DEL NIÑO, DEL ADOLESCENTE Y DEL JOVEN DEL CENTRO ESPÍRITA REDENCIÓN, MONTEVIDEO, URUGUAY)
100 AÑOS DE EVANGELIZACIÓN ESPIRITA DEL NIÑO
Bendito seamos todos nosotros que nos reunimos
bajo el amparo de Dios nuestro Padre celestial, y de Jesús nuestros guía.
Que la paz del Señor, nos acompañe donde quiera
que nos encontremos!
En este momento en que la casa de Ismael
conmemora el centenario de la Evangelización del Niño fuimos tocados por este
gesto que nos remite a los estimados compañeros de todas las épocas,
involucrados en la noble tarea de educar a las nuevas generaciones.
Constatamos que el trabajo de evangelización,
en cualquier faja etaria, es el amor en acción, pero que puede, muchas veces
escapar del entendimiento de los que todavía se encuentran distantes del
verdadero sentido del arte de educar, aunque sean personas imbuídas de buena voluntad
o portadoras de significativa adquisición intelectual.
Educar es ver más allá, es proyectarse al
futuro. Educar es extrapolar la aplicación de técnicas y recursos didácticos
que aunque sean legítimos y útiles están asociados, en general, a las metodologías que priorizan el período que
va de la cuna a la tumba no considerando al espíritu inmortal. En este
contexto, percibimos que los usuales procesos y métodos educativos
seleccionados se revelan simplificadores, por desconocer, intencionalmente o no, las experiencias reencarnatorias
pretéritas del ser reencarnado y sus etapas en el plano espiritual.
Reconocemos que estudiosos e investigadores de
la educación son almas devotas, merecedoras de consideración y respeto porque traen al mundo –todavía tan
tocado por las necesidades transitorias de la materia - un poco de luz y de claridad contribuyendo
para que la humanidad se organice en mejores condiciones de vida. Sin embargo,
les falta en la generalidad de los casos el empeño de invertir en la edificación
moral del individuo y de las colectividades, siéndoles más fácil mantenerse
acomodados en la periferia del conocimiento humano que destaca la valorización
de la inteligencia y prioriza la inmediatez de la vida.
Mientras
que el ser humano no aprenda,
efectivamente a conjugar el verbo amar y a reconocerse como hijo de Dios y
hermanos unos de otros, los propósitos existenciales estarán volcados a la
expansión intelectual, en detrimento de los valores morales. Para que la
Humanidad alcance un estadio mejor de su
evolución, la educación debe asociar la inteligencia a la moralidad. Moralidad
que extrapola, teologías, normas y
dogmas religiosos, porque se fundamente en la práctica del bien, que analiza de
forma reflexiva las consecuencias de las propias acciones individuales y que
adopta, como regla universal de convivencia, la milenaria orientación recordada
por Jesús: “Hacer a los otros lo que le gustaría que los otros nos hicieran”.
Unidos en torno del ideal del buen
entendimiento mutuo, el individuo educado,
intelectual y moralmente, se transforma en servidor de la Humanidad, y en
instrumento de Dios, contribuyendo para que la fraternidad se establezca
definitivamente en el Planeta. Esto sólo sucederá si la educación viabiliza la
transformación íntima del Espíritu.
La educación será considerada bien entendida y bien vivenciada si fuere
capaz de educar integralmente al ser humano. Para alcanzar tal expectativa es
necesario comprender la esencia de esta enseñanza del Maestro Nazareno que
permanece atemporal: “Dejad a los pequeñitos
venir a mi y no se los impidáis”.
Con esta exhortación, Jesús reserva en la Buena Nueva una lección más, inestimable, aseverando que no
debemos imponer obstáculos entre él y los niñitos, sean ellos Espíritus que se
encuentran en los primeros años de la nueva
reencarnación, sean almas que
todavía sus jornadas son las primeras etapas de la evolución. Cuidar del
niño según el entendimiento evangélico, se hace con afecto, atención, respeto y
mucho amor.
Vemos entonces en este mundo de Dios, que el
“cuidar evangélico” no se limita, en rigor a la dependencia de recursos
materiales o de teorías académicas. Las
disponibilidades de recursos pueden, en ciertas circunstancias hasta
desfavorecer la educación, siempre que estuvieren dirigidos al espíritu de competitividad, de vanidad o
de individualismo. Son condiciones desfavorables que si se instalan en el seno
de una comunidad producen resultados incontrolables, en el tiempo y en el
espacio, con graves daños, en los procesos evolutivos de los educandos. Como
mecanismo de reflexión y de autoevaluación observamos que nuestras
equivocaciones del pasado retornan al presente, clamando por la liberación de
las deudas contraídas ante la ley divina. No nos engañemos, cuando la cobranza
llega, se delinea el momento propicio para reparar las fallas, corregir
decisiones, reajustar el camino. Conscientes de la manifestación de la ley de
causa y efecto, como espíritas ya detentamos la comprensión de que es preciso
salir de la superficie de apenas querer hacer algo, sino que sumergirse en la firme decisión de
vivenciar el mensaje del Evangelio, garantizando compromiso con amor, el
elemento que brinda equilibrio espiritual en cualquier situación.
En este propósito, recordemos esta otra
advertencia de Cristo:”donde está tu tesoro también está tu corazón. Es válido
por lo tanto, indagar: “Que tesoro esperamos encontrar en la vida?” La
respuesta a esa pregunta brinda pistas
de lo que ya conquistamos en términos de aprendizaje del Evangelio, y lo
que necesita ser incorporado a nuestro patrimonio espiritual.
Esas y otras enseñanzas del Maestro Nazareno,
asoman a nuestro corazón delante del homenaje de un siglo de evangelización
espírita del niño en el centenario de la Federación Espírita Brasileña. Ejecutando
las decisiones de lo alto, que vela por todos nosotros, nuestra FEB marcó, ha cien años, el inicio de la
evangelización espírita del niño, haciendo llegar a los pequeños el Evangelio
de Jesús, a la luz de la Doctrina Espírita. En este momento, tan especial,
pedimos entonces permiso a los hermanos y hermanas que visten la vestimenta física para recordarles que es necesario que caminemos juntos, manteniendo los pasos alineados a los
propósitos del Evangelio de Jesús , dado
que ya se opera en los horizontes espirituales del Planeta una profunda y
radical transformación.
Un número creciente de espíritus que sufren
irán a golpearles las puertas convocándoos a las responsabilidades de
ofrecerles un mundo mejor, regenerado, en el cual Cristo permanece en el timón.
Movimientos renovadores y progresistas, bajo el
amparo del Cristo, surgirán aquí y allí
diseminados por la morada terrestre, volcados hacia la transformación moral de
la criatura humana. Hacen un apelo a los generosos, que se dediquen a amenizar
el dolor y las necesidades del prójimo, amparándolos según el dictamen del
Evangelio: “alimenta a quien tiene hambre, da de beber a quien tiene sed y
viste a quien se encuentre desnudo, visita al que esté enfermo o preso...”
Millares de espíritus endeudados retornan a las
lides de la vida física, confiados de que serán amparados por el corazón
humano. Surgirán en la vida de cada uno, vestidos de ropajes de niños que
imploran para no sufrir o provocar cualquier tipo de abusos y traumas,
condiciones que les hacen inviables la planificación reencarnatoria.
Sin embargo, se hace necesario actuar con
cautela. Considerar que estamos delante de una transformación gradual que
apenas inició, pero no ignorar que pululan en el mundo que existen Espíritus comprometidos con las sombras, y que así, posiblemente, se mantendrán
después del renacimiento del cuerpo físico. Son almas que todavía no se encuentran aliadas a la causa del Cristo, sino a los
propios intereses y surgirán en masa compacta,
portadores de desarrollada inteligencia, aplicada en diferentes áreas
del saber.
Es necesario entonces, no dejarse llevar por
las apariencias, encaminando a tales Espíritus, a la segura orientación moral
del Evangelio, desde la edad precoz, a fin de auxiliarlos en la propia mejoría
espiritual. Son Espíritus que están y estarán renaciendo confiados en el propósito
de que serán reeducados, de que serán
reconducidos al bien, apoyados en la palabra de los seguidores del
Maestro- lo cual para muchos está lejos del entendimiento- y en el cariño y en
la dedicación de los Evangelizadores.
Ante
tales desafíos, es imperioso alimentar la fe en el Amor Mayor, que todo sabe y
todo vela. No cabe, por lo tanto, cualquier manifestación de temor delante de
las pruebas y de los argumentos de los adversarios del bien, o de las
dificultades que vienen más adelante.
No teman! Espíritus peregrinos se encuentran
mucho más próximos a ustedes, hombro a hombro con los obreros dedicados y
fieles.
El desafío es grande, pero mantenemos la
confianza en el Padre, recordando la exhortación del valeroso Pablo de Tarso: “Si Dios es por
nosotros quien será contra nosotros?”
Lo importante es que cuidemos de nuestros
niños! Orientarlos con seguridad y amor.
En el momento en que la casa de Ismael conmemora los Cien Años de la Evangelización
Espírita del Niño, indicamos como sugestión mantenernos atentos y
sensibilizados al sufrimiento del prójimo, abrazando con sincero afecto a los
seres frágiles que se encuentran en la
infancia. Necesitamos ahora, más que nuca de menos teoría y más sentimiento.
Guardemos la debida comprensión de que es
necesario perseverar en el bien, pues la
palabra de orden continúa siendo la misma que hace eco a más de dos mil años:
donar amor.
El trabajador de la Evangelización debe pues, y
bajo cualquiera sean las condiciones,
reflexionar sobre el mensaje del Señor anteriormente mencionado: “Dejad a los niños
venir a mi porque de ellos es el Reino de los cielos”
Este es nuestro papel en el mundo, conducir a
los niños a Jesús, a pesar de nuestras imperfecciones, y de las luchas y
conflictos de la Humanidad, características del atraso moral en que nos
encontramos.
Todos nosotros, espíritas-cristianos, fuimos
convocados a trabajar como servidores de la Siembra de Jesús, nuestro mayor
protector debajo de Dios se colocó como un simple servidor.
Nos congratulamos pues, con los Evangelizadores
del pasado, y del presente por el trabajo en pro de la evangelización espírita
del niño, trasmitiéndoles nuestro sencillo y humilde homenaje.
Con el corazón colocado en cada palabra,
registramos también el aprecio, la gratitud y los saludos de los amigos del
otro lado de acá, que os acompañan en la
noble tarea de encaminar a los niñitos hacia Jesús.
Un fraternal abrazo y paz en el corazón.
Meimei
Mensaje psicotónica recibida por Marta Antunes
Moura FEB, Brasilia 29/05/2014
http://www.febnet.org.br/blog/geral/noticias/mensagem-de-meimei-sobre-centenario-de-evangelizacao-da-criaca/
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