viernes, 27 de junio de 2014


Mensaje de Meimei sobre el Centenario de la  Evangelización del niño.


(TRADUCCIÓN NO OFICIAL DEL AREA DE EDUCACIÓN DEL NIÑO, DEL ADOLESCENTE Y DEL JOVEN DEL CENTRO ESPÍRITA REDENCIÓN, MONTEVIDEO, URUGUAY)

100 AÑOS DE  EVANGELIZACIÓN ESPIRITA  DEL NIÑO


Bendito seamos todos nosotros que nos reunimos bajo el amparo de Dios nuestro Padre celestial, y de Jesús nuestros guía.
Que la paz del Señor, nos acompañe donde quiera que nos encontremos!
En este momento en que la casa de Ismael conmemora el centenario de la Evangelización del Niño fuimos tocados por este gesto que nos remite a los estimados compañeros de todas las épocas, involucrados en la noble tarea de educar a las nuevas generaciones.
Constatamos que el trabajo de evangelización, en cualquier faja etaria, es el amor en acción, pero que puede, muchas veces escapar del entendimiento de los que todavía se encuentran distantes del verdadero sentido del arte de educar, aunque sean personas imbuídas de buena voluntad o portadoras de significativa adquisición intelectual.
Educar es ver más allá, es proyectarse al futuro. Educar es extrapolar la aplicación de técnicas y recursos didácticos que aunque sean legítimos y útiles están asociados, en general, a  las metodologías que priorizan el período que va de la cuna a la tumba no considerando al espíritu inmortal. En este contexto, percibimos que los usuales procesos y métodos educativos seleccionados se revelan simplificadores, por desconocer, intencionalmente  o no, las experiencias reencarnatorias pretéritas del ser reencarnado y sus etapas en el plano espiritual.
Reconocemos que estudiosos e investigadores de la educación son almas devotas, merecedoras de consideración  y respeto porque traen al mundo –todavía tan tocado por las necesidades transitorias de la materia -  un poco de luz y de claridad contribuyendo para que la humanidad se organice en mejores condiciones de vida. Sin embargo, les falta en la generalidad de los casos el empeño de invertir en la edificación moral del individuo y de las colectividades, siéndoles más fácil mantenerse acomodados en la periferia del conocimiento humano que destaca la valorización de la inteligencia y prioriza la inmediatez de la vida.
Mientras  que  el ser humano no aprenda, efectivamente a conjugar el verbo amar y a reconocerse como hijo de Dios y hermanos unos de otros, los propósitos existenciales estarán volcados a la expansión intelectual, en detrimento de los valores morales. Para que la Humanidad alcance un estadio  mejor de su evolución, la educación debe asociar la inteligencia a la moralidad. Moralidad que extrapola, teologías, normas  y dogmas religiosos, porque se fundamente en la práctica del bien, que analiza de forma reflexiva las consecuencias de las propias acciones individuales y que adopta, como regla universal de convivencia, la milenaria orientación recordada por Jesús: “Hacer a los otros lo que le gustaría que los otros nos hicieran”.
Unidos en torno del ideal del buen entendimiento mutuo,  el individuo educado, intelectual y moralmente, se transforma en servidor de la Humanidad, y en instrumento de Dios, contribuyendo para que la fraternidad se establezca definitivamente en el Planeta. Esto sólo sucederá si la educación viabiliza la transformación íntima del Espíritu.
La educación será considerada  bien entendida y bien vivenciada si fuere capaz de educar integralmente al ser humano. Para alcanzar tal expectativa es necesario comprender la esencia de esta enseñanza del Maestro Nazareno que permanece atemporal: “Dejad a los pequeñitos  venir a mi y no se los impidáis”.
Con esta exhortación, Jesús reserva en  la Buena Nueva una  lección más, inestimable, aseverando que no debemos imponer obstáculos entre él y los niñitos, sean ellos Espíritus que se encuentran en los primeros años de la nueva  reencarnación, sean almas que  todavía sus jornadas son las primeras etapas de la evolución. Cuidar del niño según el entendimiento evangélico, se hace con afecto, atención, respeto y mucho amor.
Vemos entonces en este mundo de Dios, que el “cuidar evangélico” no se limita, en rigor a la dependencia de recursos materiales o de teorías  académicas. Las disponibilidades de recursos pueden, en ciertas circunstancias hasta desfavorecer la educación, siempre que estuvieren dirigidos  al espíritu de competitividad, de vanidad o de individualismo. Son condiciones desfavorables que si se instalan en el seno de una comunidad producen resultados incontrolables, en el tiempo y en el espacio, con graves daños, en los procesos evolutivos de los educandos. Como mecanismo de reflexión y de autoevaluación observamos que nuestras equivocaciones del pasado retornan al presente, clamando por la liberación de las deudas contraídas ante la ley divina. No nos engañemos, cuando la cobranza llega, se delinea el momento propicio para reparar las fallas, corregir decisiones, reajustar el camino. Conscientes de la manifestación de la ley de causa y efecto, como espíritas ya detentamos la comprensión de que es preciso salir de la superficie de apenas querer hacer algo,  sino que sumergirse en la firme decisión de vivenciar el mensaje del Evangelio, garantizando compromiso con amor, el elemento que brinda equilibrio espiritual en cualquier situación.
En este propósito, recordemos esta otra advertencia de Cristo:”donde está tu tesoro también está tu corazón. Es válido por lo tanto, indagar: “Que tesoro esperamos encontrar en la vida?” La respuesta a esa pregunta brinda pistas  de lo que ya conquistamos en términos de aprendizaje del Evangelio, y lo que necesita ser incorporado a nuestro patrimonio espiritual.
Esas y otras enseñanzas del Maestro Nazareno, asoman a nuestro corazón delante del homenaje de un siglo de evangelización espírita del niño en el centenario de la Federación Espírita Brasileña. Ejecutando las decisiones de lo alto, que vela por todos nosotros, nuestra  FEB marcó, ha cien años, el inicio de la evangelización espírita del niño, haciendo llegar a los pequeños el Evangelio de Jesús, a la luz de la Doctrina Espírita. En este momento, tan especial, pedimos entonces permiso a los hermanos y hermanas que visten  la vestimenta física para recordarles  que es necesario que caminemos juntos,  manteniendo los pasos alineados a los propósitos del Evangelio  de Jesús , dado que ya se opera en los horizontes espirituales del Planeta una profunda y radical  transformación.
Un número creciente de espíritus que sufren irán a golpearles las puertas convocándoos a las responsabilidades de ofrecerles un mundo mejor, regenerado, en el cual Cristo permanece en el timón.
Movimientos renovadores y progresistas, bajo el amparo del Cristo, surgirán aquí  y allí diseminados por la morada terrestre, volcados hacia la transformación moral de la criatura humana. Hacen un apelo a los generosos, que se dediquen a amenizar el dolor y las necesidades del prójimo, amparándolos según el dictamen del Evangelio: “alimenta a quien tiene hambre, da de beber a quien tiene sed y viste a quien se encuentre desnudo, visita al que esté enfermo o preso...”
Millares de espíritus endeudados retornan a las lides de la vida física, confiados de que serán amparados por el corazón humano. Surgirán en la vida de cada uno, vestidos de ropajes de niños que imploran para no sufrir o provocar cualquier tipo de abusos y traumas, condiciones que les hacen inviables la planificación  reencarnatoria.
Sin embargo, se hace necesario actuar con cautela. Considerar que estamos delante de una transformación gradual que apenas inició, pero no ignorar que pululan en el mundo  que existen Espíritus comprometidos  con las sombras, y que así, posiblemente, se mantendrán después del renacimiento del cuerpo físico. Son almas que todavía  no se encuentran  aliadas a la causa del Cristo, sino a los propios intereses y surgirán en masa compacta,  portadores de desarrollada inteligencia, aplicada en diferentes áreas del saber.
Es necesario entonces, no dejarse llevar por las apariencias, encaminando a tales Espíritus, a la segura orientación moral del Evangelio, desde la edad precoz, a fin de auxiliarlos en la propia mejoría espiritual. Son Espíritus que están y estarán renaciendo confiados en el propósito de que serán reeducados, de que serán  reconducidos al bien, apoyados en la palabra de los seguidores del Maestro- lo cual para muchos está lejos del entendimiento- y en el cariño y en la dedicación de los Evangelizadores.
 Ante tales desafíos, es imperioso alimentar la fe en el Amor Mayor, que todo sabe y todo vela. No cabe, por lo tanto, cualquier manifestación de temor delante de las pruebas y de los argumentos de los adversarios del bien, o de las dificultades que vienen más adelante.
No teman! Espíritus peregrinos se encuentran mucho más próximos a ustedes, hombro a hombro con los obreros dedicados y fieles.
El desafío es grande, pero mantenemos la confianza en el Padre, recordando la exhortación  del valeroso Pablo de Tarso: “Si Dios es por nosotros quien será contra nosotros?”
Lo importante es que cuidemos de nuestros niños! Orientarlos con seguridad y amor.
En el momento en que la casa de Ismael  conmemora los Cien Años de la Evangelización Espírita del Niño, indicamos como sugestión mantenernos atentos y sensibilizados al sufrimiento del prójimo, abrazando con sincero afecto a los seres  frágiles que se encuentran en la infancia. Necesitamos ahora, más que nuca de menos teoría y más sentimiento.
Guardemos la debida comprensión de que es necesario perseverar en el bien,  pues la palabra de orden continúa siendo la misma que hace eco a más de dos mil años: donar amor.
El trabajador de la Evangelización debe pues, y bajo cualquiera sean las   condiciones, reflexionar sobre el mensaje del Señor anteriormente mencionado: “Dejad a los niños venir a mi porque de ellos es el Reino de los cielos”
Este es nuestro papel en el mundo, conducir a los niños a Jesús, a pesar de nuestras imperfecciones, y de las luchas y conflictos de la Humanidad, características del atraso moral en que nos encontramos.
Todos nosotros, espíritas-cristianos, fuimos convocados a trabajar como servidores de la Siembra de Jesús, nuestro mayor protector debajo de Dios se colocó como un simple servidor.
Nos congratulamos pues, con los Evangelizadores del pasado, y del presente por el trabajo en pro de la evangelización espírita del niño, trasmitiéndoles nuestro sencillo y humilde homenaje.
Con el corazón colocado en cada palabra, registramos también el aprecio, la gratitud y los saludos de los amigos del otro lado de acá,  que os acompañan en la noble tarea de encaminar a los niñitos hacia Jesús.
Un fraternal abrazo y paz en el corazón.
Meimei
Mensaje psicotónica recibida por Marta Antunes Moura FEB, Brasilia 29/05/2014
http://www.febnet.org.br/blog/geral/noticias/mensagem-de-meimei-sobre-centenario-de-evangelizacao-da-criaca/



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